El era alegre y era astuto
Ella era triste y era sumisa
Ella era triste y era sumisa
El cantaba mientras Ella escribía versos abstractos
Ambos estaban locos
Ambos respiraron un mismo aliento
El era apuesto
Ella era hermosa
Sus dedos recorrieron por los caminos de sus húmedos cuerpos. La pasión, la sangre y los besos que incendiaron a llamaradas trémulas
El era hoguera y era invierno
Ella era fuego y era tempestad
Padecían, ocultos se comían a besos
Los clásicos sitios de encuentros de la ciudad donde caminaban como los transeúntes parlanchines
Tenían miedo?, si que lo tenían...
Se amaba
Se miraban
Se escondían
Se admiraban
Se mordían
Se escupían
Se besaban
Se golpeaban
Se acariciaban
Se gritaban
Se golpeaban
Se acariciaban
Se gritaban
Se callaban
Se acostaban
Se acostaban
Se bañaban
Se amaban…
Se despertaron
El era alegre y era astuto
Ella era triste y era sumisa
Murieron del mismo dolor.
Se amaban…
Se despertaron
El era alegre y era astuto
Ella era triste y era sumisa
Murieron del mismo dolor.
De: Lia Varney.
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Nada cambiara.
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Nada cambiara.
1 comentario:
¿Será,querída, que nos estás dando a concer cierto pedazo de vuestra vida?
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